Elegir la grifería para la cocina es un paso importante, pues es uno de los elementos más empleados en el día a día. Por ello, debe ser una pieza duradera, funcional, cómoda, fácil de usar y, sobre todo, ergonómica para el usuario. No te pierdas todas las claves para acertar en su elección. ¡Triunfarás seguro!
1. ASPECTOS ESENCIALES
El 60% del tiempo que se pasa en la cocina transcurre alrededor de la zona de aguas, por lo que merece la pena invertir en un modelo que aúne diseño y funcionalidad a partes iguales, y responda a las necesidades específicas de cada proyecto. Otro factor importante a tener en cuenta en el momento de la compra, es saber si en la estancia habrá una sola grifería o bien convivirán dos zonas de aguas, así como cual será la ubicación de las mismas. Por norma, se suele instalar un modelo con mayores prestaciones – con caño extraíble tipo ducha, distintos tipos de caudal o caño alto – en la isla o península de trabajo, mientras que en el frente adosado al muro se opta por una pieza monomando de diseño más básico. No obstante, hay usuarios que prefieren que entre ambas griferías no existan diferencias estéticas, ni características técnicas distintas.
2. DIVERSIDAD
Valorar el tipo de uso que se dará a la grifería es otro excelente recurso a la hora de acertar en su elección, pues no es lo mismo una pieza que se va a utilizar en un fregadero de un solo seno que una empleada en uno con doble cubeta, ya que, en este caso por ejemplo, resultan mucho más cómodos los modelos con un caño giratorio de 360° frente a los 180° habituales. Por ello y con el fin de satisfacer a los usuarios más exigentes, BLANCO ofrece distintas soluciones funcionales y ergonómicas: modelos diseñados para conectar con un sistema de osmosis, piezas con caño extraíble para obtener un mayor radio de acción y llegar a todos los rincones, grifos abatibles, escamoteables o desmontables para instalar delante de una ventana de hojas batientes, mezcladores pensados para zurdos con el mando o maneta a la izquierda, griferías con doble tipo de caudal…
3. CAÑO
Otro aspecto relevante a valorar es el diseño del caño, que puede ser alto o bajo, con forma de “C” o de “L”, de aspecto rústico o semiprofesional, etc. Para acertar seguro, conviene tener en cuenta cómo son el resto de elementos que integran la zona de aguas y que se encuentran en el entorno más cercano a la grifería. Es el caso del fregadero de uno o dos senos, del escurridor, del mando para válvula automática o del dispensador de jabón. Y todo ello sin olvidarse de la distancia existente respecto a los armarios superiores de la cocina, pues el resultado ha de quedar estéticamente equilibrado, de forma que los diferentes elementos guarden proporción entre sí.
4. SISTEMAS DE APERTURA
Actualmente, la hegemonía de los monomandos es prácticamente total frente a las piezas bimando, ya que una sola mano basta para graduar el caudal de agua y la temperatura deseada. Además, el menor tiempo que se precisa para ello supone un destacado ahorro energético, al reducir el consumo de agua caliente.
5. MATERIALES Y ACABADOS
Finalmente, nos queda por definir nuestras preferencias en cuanto al material y acabado: acero inoxidable, latón, color, brillante, mate… En su amplio catálogo, BLANCO nos ofrece la posibilidad de elegir entre acero inoxidable, Silgranit (compuesto en un 80% por granito natural, una matriz acrílica y pigmentos cromáticos) o bien entre una combinación de ambos. Las composiciones de griferías y fregaderos permiten combinar cualquiera de los acabados (cromo, cromo mate, acero mate o acero cepillado en acero inoxidable), así como cualquiera de los diez colores de la gama Silgranit. Un universo de opciones al alcance del usuario.
6. ESTÁN DE MODA
Las tendencias de hoy en día apuestan por la mezcla de materiales, combinando fregaderos elaborados con Silgranit, por ejemplo, con griferías en acero, diseños de líneas rectas al más puro estilo industrial, acabados mates y colores grises, ya sean naturales o neutros.
