Cuando pensamos en cambiar nuestra cocina, puede que se genere el gran dilema sobre qué tipo de placa se adapta mejor a nuestras necesidades. Dado que es muy importante decidir y acertar en la elección, queremos ayudarte ofreciendo una pincelada sobre las ventajas e inconvenientes que ambas presentan.
Las placas de cocción a gas se caracterizan principalmente por ser más rápidas a la hora de cocinar, ya que la llama generada tarda muy poco tiempo en calentar los recipientes. A su vez, uno es libre de usar cualquier tipología de utensilio puesto que no se requiere ningún material específico, pudiendo ser de aluminio, cerámica, barro, acero, etc. Eso supone una gran ventaja, ya que permite cocinar aquellos platos tradicionales que requieren de un recipiente hecho de alguno de estos materiales, con total libertad y sin limitaciones.
En contrapartida, observamos el hecho de que las placas de gas tienen una estética más tradicional y su imagen quizá resulta menos moderna a los ojos de una mayoría. Aunque cuando hablamos de imagen, cabe destacar que quien aprecia el look que ofrecen las cocinas de VIKING y su especial aportación al proyecto global, ve en el producto un diseño contemporáneo y de máxima vanguardia.
En general, las marcas y modelos de placas de gas presentan una superficie lisa que resulta fácil de limpiar, aunque inevitablemente cuentan con unos quemadores que dificultan su limpieza debido a las piezas que configuran la parrilla, la geometría de las mismas y el peso del material con el que suelen estar hechas. Sin embargo, marcas como VIKING ponen a nuestra disposición materiales fáciles de desmontar y de limpiar, por lo que éste no termina siendo un ejercicio de gran dificultad.
Por último, es importante tener en cuenta que aunque los modelos más actuales cuentan con dispositivos de seguridad, como el encendido y apagado automático, resulta conveniente que las placas de gas reciban controles técnicos de forma periódica.
Las placas de cocción de inducción se caracterizan por tener un diseño elegante y sofisticado, siguiendo unas líneas puras y limpias, propias del minimalismo. Aunque la inducción se calienta más rápido que la vitrocerámica, su eficacia no es comparable con la del gas. Sin embargo, la cocción por inducción responde instantáneamente al ajuste de temperatura ofreciendo un control muy preciso. También resulta un 90% más eficiente en referencia al ahorro de tiempo y energía.
La inducción requiere utilizar recipientes inductivos que permitan transformar la electricidad a través de un campo magnético que transmita el calor al recipiente y éste a los alimentos del interior.
Una prestación característica de las cocinas VIKING sería la incorporación de iluminación LED azul para alumbrar las zonas de cocción, además de disponer de un sensor que apaga el elemento después de 60 segundos si no detecta ningún utensilio. El hecho de detectar la falta de presencia de utensilios en la zona de cocción provoca que un sensor la apague, permitiendo así que la zona se enfríe, evitando los desbordamientos y facilitando la limpieza.
Las placas de inducción son muy fáciles de limpiar gracias a los diseños y materiales que la componen, pero sobre todo son muy fáciles de usar y además pueden ser programables.
Las placas de inducción VIKING disponen de un dispositivo de seguridad, así como la particular función Mijotage ideal para descongelar lentamente o bien para poder mantener calientes los alimentos cocinados.